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viernes, 18 de junio de 2010

Los otros costos del GT200

Por medio de un mensaje privado en Twitter, @Depredador_Exte nos avisó de una nota en La Jornada en donde se comentan algunos de las indemnizaciones que la Secretaría de la Defensa Nacional ha tenido que pagar entre 2007 y 2009. Particularmente nos llamó la atención sobre un párrafo que de inmediato nos remitió a uno de los fiascos más sonados del fraudulento detector molecular GT200.

Recordemos que en agosto de 2007 2008 se publicó en algunos diarios una noticia que hacía referencia a un gran decomiso de cocaína por parte de los militares en el punto de revisión carretero El Desengaño. Por ejemplo en Noroeste.com.mx se dijo lo siguiente:

"Elementos del Ejército mexicano aseguraron ayer 1.2 toneladas de cocaína en un cargamento de quesos en el retén del ejido El Desengaño, mientras que en otra acción incautaron una hélice para avioneta.
Información recopilada en las instalaciones del 89 Batallón de Infantería indican que el decomiso del alcaloide fue realizado a las 00:50 horas, en el citado punto de revisión carretero, cuando los soldados revisaba la carga de un camión de la empresa Transportes Refrigerados Tlaquepaque, procedente de Cotija, Michoacán, con destino a Hermosillo.
Se detalló que la pistola molecular para detección de droga GT-200 marcó positivo a cocaína a un total de 160 quesos de forma redonda, los cuales al parecer estaban elaborados mezclados con el enervante."


Al día siguiente, luego de que se examinaran los quesos decomisados y se decubriera que no había droga en ellos, se publicó en el mismo periódico esto:

"Los mil 200 kilogramos de cocaína asegurados en queso procedente de Michoacán por elementos del Ejército mexicano en el punto de revisión carretero del ejido El Desengaño resultaron ser un contenido más del producto lácteo.
Lo anterior trascendió en forma extraoficial en las instalaciones de la Subdelegación de la Procuraduría General de la República con respecto al aseguramiento de un camión Mercedes Benz en el que se transportaban unas 5 toneladas de queso de diversos tipos, todos elaborados por la empresa Cotija, del poblado del mismo nombre en Michoacán.
Según fue revelado, los quesos tipo "Sierra" contienen productos químicos que fueron los que posiblemente dieron positivo a la hora de que la pistola GT-200 de los soldados fue pasada alrededor de la unidad, lo que orilló a que la carga fuera asegurada y los conductores detenidos."


Nótese eso de que los quesos tenían productos químicos que fueron los que posiblemente dieron positivo. Esta es la excusa con la que los militares han pretendido justificar todos los falsos positivos que marca su juguete cuando supuestamente detecta una sustancia específica y al momento de revisar a fondo resulta que no había tal. Excusa que es doblemente estúpida no sólo porque suelen asociar a sustancias que no tienen nada que ver entre sí sino porque como lo saben los sospechosos habituales, el GT200 en realidad no es capaz de detectar nada —bueno, casi nada— ya que sólo es una de tantas varitas de zahorí disfrazadas de aparatos de alta tecnología y cuyo aparente funcionamiento se explica por el efecto ideomotor.

Estos fallos, que para cualquiera con dos neuronas funcionales por lo menos harían que se planteara dudas sobre la eficacia del aparato, para ellos ha sido la confirmación de que el GT200 sí funciona y muy bien. Lo que pasa es que es muy sensible... Así tenemos que cervezas, refrescos, baterías, aspirinas, y en fin, prácticamente cualquier cosa ha sido la culpable —según ellos— de que el aparato marcara positivo cuando en realidad no había nada.

Y no, no me lo estoy inventando.

Volviendo al punto de esta entrada, gracias a La Jornada nos enteramos de cuánto dinero tuvo que pagar la SEDENA para indemnizar a los fabricantes de los quesos:

"...la dependencia pagó en una sola exhibición un millón 750 mil pesos a la empresa Cremería Cotija por 'la reparación de daños' ocasionados por personal militar."

Un millón 750 mil del águila tirados a la basura por confiar en el giro de una antena pegada una caja de plástico hueca por la que, dicho sea de paso, se han pagado en total más de 200 millones de pesos...

Nada mal, ¿verdad?

A.T.

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